lunes, 16 de julio de 2012



Los mecanismos fundamentales son sigilosos.  Ese sutil funcionamiento de lo imprescindible. Una hoja se desliza sobre la escarcha de la noche.  Así sucede lo trascendente del mundo, pero tus ojos no saben.  Fui callada y sigilosa; cómplice de un mareo que atascó las poleas del destino. No supe cómo estropear lo inevitable: bajo el sonido helado de la noche, las inmóviles poleas sostienen una dorada soledad.

Valeria Zurano
(Mecánica de la noche)

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