viernes, 29 de enero de 2010

Les digo...

Hace tiempo que le hablo a las manos.
No sé si es sincero lo que digo, pero me arranca los brazos, hablarles.
Les explico que este viaje, donde vamos sosteniendo el hilo de un globo que puede perderse en cualquier momento, es demencial.
Hace rato que, en mi silencio, les ruego sobre tus vaivenes, y este amor, que ellas están dispuestas a hacer, pero que el resto de nuestro cuerpo, niega.
Les hablo, porque la soledad es a cada instante, y ellas aún creen, y no se cansan de creer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No digo noche. No digo nada. Ni con estas manos que aplauden, aman, escriben, acarician, ni con el soplo que sale de la boca que besa, y besando, se alimenta de carne, bebe, respira. No digo nada porque tus letras se metieron en mi piel, van andando sus caminitos hacia la sangre, decididamente mortales, obligándome a renacer dentro de este, tu cuerpo de letras.