viernes, 5 de febrero de 2010

Itinerario y destino de los días


Una gota de lluvia contiene la sed del mundo
y la sed del mundo esta vez resbala por mi frente
cae lenta como si fuera sangre
como si esa sed inacabable fuera un disparo en la cabeza.
De todos modos uno se afirma a lo que lleva
a esos zapatos que se van hinchando
a la triste solapa de un abrigo deshecho.

Una gota de lluvia cae fría sobre los párpados
y mis ojos ciegos ven en ese charco oscuro
un agujero abismal donde algo sucede.

Una gota de lluvia ha guardado en su centro
la forma silenciosa de mi rostro y entonces cae
como una gota de sangre casi negra
resbala y ya no encuentra superficie que la desplace
no encuentra nada más que su destino
ese charco profundo donde se han quedado mis pies.

3 comentarios:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

beso tus pies.

Ktaná dijo...

que bien dices lo que se siente, es asi y a veces, un poquito peor, pero siempre hay que pensar que igual es agua destilada, maravillosa, cada gota es un testimonio a la pureza , como los sentimientos expresados aquí.
Como el secreto de tu alma mostrada aquí, sin nada que ocultar

DaViD CaNo dijo...

¿quién nos librará de los pantanos del olvido?