miércoles, 28 de marzo de 2007

Tu boca, la boca de la noche

Busqué en la noche. Allí estaba tu boca esperando. La boca de la noche, tu boca. Allí, perdí la sensatez con gusto, con indiferencia. En la noche de tu cuerpo envejecido. Allí, dormí a los pies de pechos con flácidas sonrisas. Embelesada por la idea. Ensimismada en la prominencia de ese vientre. Hurgué como siempre en la noche. El cuerpo de la noche, tu cuerpo. Allí, abandoné mi suerte a las mareas de tus dones. Allí, envejecí junto a la dicha de esos pliegues. Decapitada por abrazos. Desprevenida del canibalismo que dormía oculto en el deseo. Busqué la noche. Tu noche de viuda voraz. La misma boca el mismo cuerpo. Tu sombra, su boca. Su sombra, tu cuerpo. Ahí me quedé callada para siempre.

V. Z.

1 comentario:

graciela dijo...

Buscar su talento escritora prodigiosa Valeria,nos hace olvidar del tiempo,del silencio de la noche que se puebla con las voces que usted nos despierta.
Usted nos despierta los canívales que tenemos dentro del sentir,aletargado por la rutina,el apuro,lo tibio o gris lo frívolo.Su escritura nos conmueve eligiendo arder en el
vértigo de sus palabras.
Gracias poeta por poner en el alma de los lectores estrellas sin noche.Mónica Graciela Rosario