viernes, 14 de septiembre de 2007

Ojalá no hubiera sido así

Voy a vomitar. Aunque me digas que es tarde que es imposible que esto de dar qué hablar es imposible que puntualmente vernos una vez más es imposible. Voy a escupir. Y no me importa si se abren las sombrillas si los diarios atajan o alguien pone la mano. No, no me importa. Voy a escupir igual. En la sombra de tu sombra deletreando las palabras del cinismo cotidiano de la presencia omnipotente de apuntar al blanco. Voy a vomitar feroz y desdichada. Escondida detrás de las flores con el cuerpo contorsionado y endurecido con los ojos agotados y el estómago chillando con las manos sosteniendo lo que fluye a borbotones.
Te sumergís en esa felicidad inexplicable en esa súbita alegría en esa forma descabellada de andar por el alma ajena. Te guardo esta locura fermentada te guardo el pulso desequilibrado de las noches te guardo las pesadillas y el recuerdo que tengo bajo la almohada. Voy a escupirte de arriba hacia abajo sin remordimiento sin una sola porción de culpa sin dudarlo un segundo como si hubiera crecido pensando en eso como si todos los días lo repitiera en voz alta como si hubiera planeado esto antes de encontrarte. Y quitarte del centro y librarme de vos.
Tu forma de ir por la vida sin vida. Tu maldita forma. Voy a escupir igual. Aunque esos ojos ingenuos me miren desde la puerta. Aunque te asustes y temas por vos misma. Aunque no entiendas de códigos ni de compromisos ni de ser consecuente en acción y pensamiento. Voy a vomitarte. Quiero darte asco. Quiero que te arrepientas de mi presencia. Quiero que te escabullas entre la multitud. Que sientas miedo que me odies. Voy a escupirte sin clemencia. Aprendiendo la impiedad la intolerancia. Tu cinismo a la basura. Tu cinismo putrefacto hecho caldo pestilente sobre el rostro. Quiero que tragues sin emitir sonido. Quiero que comprendas que ya dejé de escupir a la inversa.

2 comentarios:

La Voz del Espejo dijo...

Vale: tu escritura tiene tanta fuerza, tanta furia así dicha, encausada en un decir que llega. Un abrazo Eva Tormo

graciela dijo...

Dejar ir el ancla del pasado añorado y obsequiar presentes,hay que soltar,liberar,vomitarlo...para el posterior cambio.Y que se tapen los ojos,los oídos,silentes permanezcan aquellos que no quieren ver los cambios y vernos cambiados a partir de ese soltar bocanadas de renunciar a tiempos perdidos.Siempre un extremo se afirma y sustenta en el otro,como junco y roble.Como soltando inevitablemente las semillas,para que nazcan árboles con una u otra base,se requiere nausear y vomitar lo que no pertenece al crecimiento.La felicidad está junto a aquellos que han intentado,sufrido,buscado...porque valoran la lección práctica.Gracias escritora por seguir sacando de usted lo mejor de usted,eso que nos lleva a vomitar de nosotros mismos lo indeseable y hasta lo peor de nosotros.Mónica G.Salas.